lunes, 16 de marzo de 2015

5 cositas que echo de menos tras ser mamá

Haciendo gala de lo que me gustan las listas, continuo con las 5 cosas que más echo de menos desde que nació #Gusanito. Ser mama me ha traído muchas cosas buenas y muchas, muchísimas alegrías, aun así hay cosas que echo en falta.

A ver soy consciente de que nuestras circunstancias y nuestra forma de ser cambia. Cuando tenía 18 años me encantaba hacer botellón en la plaza durante horas, ahora el solo hecho de pensar en pasar tiempo, de pie, en la calle, pasando frio y adorando en círculo unas bolsas de Carrefour llenas de alcohol me da grima. No espero que mi vida sea como cuando tenía 18 años y no echo de menos todo lo que hacía entonces.

Lo que si echo en falta son pequeños detalles, cotidianos, antes de nacer #Gusanito

1     - Levantarme tarde los domingos, vaguear en la cama con #miMedioMandarino y desayunar en pijama a las tantas sin tener nada que hacer.

2     - Pasarme una tarde entera leyendo un buen libro con una taza de café calentito.

3     - Ir al cine o en su defecto ver una peli tranquilos en el sofá (está, me han asegurado que podré volver a hacerla cuando deje de ser una madre histérica y no me dé tanto cargo de conciencia separarme de #Gusanito).

4     - Ensimismarme en mis enredos, volver a hacer repostería, manualidades… vamos lo que se dice “tener algo de tiempo libre”.

5     - Poder salir de casa sin que parezca que vamos de mudanza. Me encanta viajar, pero últimamente me da una pereza tremenda el solo hecho de salir a la vuelta de la esquina. Y os juro que hemos intentado rebajar la cantidad de trastos que apenas usamos, pero siempre que prescindimos de algo después lo echamos en falta…

Es el precio que tiene ser la mama de un pequeño trasto, que me hace la persona más feliz del mundo. Y ojo que no cambio una sola sonrisa de #Gusanito por nada.

lunes, 9 de marzo de 2015

Recordando... Buscando guardería

Tenía otro post preparado para el lunes pasado (lo se voy con retraso, me tenéis que contar como os las apañáis las mamas blogueras para hacer tantas cosas y además actualizar el blog…). Pero bueno, aprovechando que se ha abierto el plazo de matriculación en las guarderías y que hace tiempo que quería hablaros del proceso de búsqueda de “nuestra” escuela infantil, he decidido retomar un post que tenía a medias.

Aunque parece que fue ayer, hace ya más de un año que empezamos a buscar guardería.  Y lo hicimos con un nudo en el estómago. Dejar a mi pequeño con extraños tanto tiempo sin poder abrazarlo, verlo o saber cómo estaba, me generaba una gran ansiedad, bien sabe Dios que si hubiéramos podido vivir bien únicamente con el sueldo de #miMedioMandarino, yo no me hubiera reincorporado de la baja maternal nunca. Pero vivir en Madrid es lo que tiene y el fatídico día, estaba marcado en rojo en el calendario.

No teníamos ni idea de que teníamos que mirar o que nos tenía que preocupar, que les dieran comida casera, que fuera respetuosa con los ciclos del niño, que siguiera alguna metodología de educación… todos esos conceptos eran nuevos para nosotros. A ver tampoco quería una guardería de esas que “guardan” al niño en la cuna y pasan de él, nos estábamos esforzando mucho en seguir todo tipo de técnicas de crianza positiva, estimulación temprana… para después dejarlo en lugar así… sinceramente lo único que quería era sentirme tranquila y saber que cuidaban bien de mi pequeño en mi ausencia.

Desde el principio habíamos pensado llevarle a una guarde que hay al lado de mi trabajo y que tiene el horario y el precio pactados con mi empresa, por lo que económicamente nos salía muy bien, además tenía pinta de ser bastante respetuosa, con actividades, idiomas, cocina propia... y mis compañeros estaban contentos con ella. Pero entonces #miMedioMandarino quiso ver “por mirar y comparar” la guarde que teníamos enfrente de casa  “El mundo de Mozart” y entonces surgió el amor.

Desde la primera visita vimos el cariño de los pequeños a las profesoras, la familiaridad con la que nos trataron Vero y Denis. Las instalaciones eran fantásticas, con clases estructuradas pero a la vez respetuosas, con un plan de estudio desde el primer día, pediatra, fisioterapeuta, sicopedagogas, profesoras de inglés, ¡de chino!, clases de estimulación temprana, apoyo familiar,… no era solo una guardería donde dejar a Gusanito cada mañana mientras mamá volvía de trabajar, también tenía formación, talleres y ayuda para nosotros (reconoced que a veces los papas somos mucho más difíciles de tratar que los niños y sobre todo si somos primerizos que todo nos parece un mundo y estamos más perdidos que un pulpo en un garaje). Pero lo principal fue que nos ofreció confianza y seguridad desde el primer momento. Estaba decidido teníamos guardería.

Entonces poco a poco ese día marcado en rojo del calendario llegó y mi pequeño tuvo que bajar por primera vez a la guardería. Habíamos hecho malabares con las vacaciones para llevarlo lo más mayor posible, pero los abuelos ya no podían pasar más días en Madrid y a nosotros apenas nos quedaban vacaciones. Aquel primer día con todo el dolor de mi corazón lo bajaron mis padres (su primer día de guarde y mama no estaba a su lado snif snif), solo estuvo dos horitas pero la frase de mi madre fue clave, “cuando fui a buscarle no se quería ir!” desde ese primer día, Arancha, Ana, Vane, Leti,… todas han sido una prolongación de nuestra familia y tanto Gusanito como nosotros las queremos como tal. Cada mañana baja feliz, y les regala una sonrisa de oreja a oreja nada más verlas, y cuando voy a buscarle ¡No quiere venir conmigo a casa!, se quiere quedar jugando con sus compañeros, aprendiendo juntos y haciendo trastadas.

Ya han pasado algo más de siete meses desde su primer día, y sigo sin tener claro que es lo que hay que mirar cuando buscas una guardería. Pero sé qué es lo más importante para mí. Cariño, respeto y seguridad y eso me lo dan de sobra, todo lo demás son valores añadidos que nos regalan cada día. No os podéis imaginar todo lo que estamos aprendiendo con ellas  y la tranquilidad con la que cada mañana me voy a trabajar, sabiendo que mi pequeño esta tan bien como si estuviera conmigo. 

 ¡Gracias chicas sois las mejores!